domingo, 18 de enero de 2009

Funebre canto del nunca mas

Verde ambiente de circos,
corto la huella del mundo,
armo los hilos del arbol.
Me diluyo, me diluyo.

Cuelgo las cuentas al viento,
grito que el cielo ya es viejo,
como las almas de un hilo,
vuelo, y me distraigo.

Y que pasó con la fuerza
que me acompañaba siempre
con la constancia de verte
tan fria y tan dolorida...
Tan fria y tan hedonista.

Trepa la sal en la huella,
usurpando todo el cielo,
envenando a todo el tronco
y me diluyo, me diluyo.